El primer año de participación de la Escuela Infantil Tucán en los desfiles, estuvo marcado por la iniciativa de un grupo de padres que plantearon a la dirección del centro este objetivo, para que los más peques también disfrutaran de nuestra fiesta. Después, se constituyeron las comisiones de carnaval, y desde entonces hasta ahora estas son las que deciden los trajes y temáticas con los que los más pequeños de la casa participan en nuestra fiesta grande, convirtiéndose en el germen de nuestro carnaval. En definitiva, en el futuro de la misma.
El Carnaval de Villarrobledo no sería lo mismo sin los desfiles infantiles, y desde esta Escuela decidieron, hace casi una década, apostar por darle brillantez y explosión de colorido e imaginación a los carnavales villarrobledenses.
Desde entonces nos han dejado trajes de Corsarios, de Manchegos, Esquimales o Tucanes, entre otros, que sin duda se han quedado en la retina de todos los que no nos hemos querido perder ni un ápice de los dos desfiles infantiles.
Desde este centro nos han atendido con mucha amabilidad y todos los detalles de la comparsa nos los han contado en la más que interesante entrevista que ofrecemos a continuación.

¿Hace cuántos años comenzasteis con esta aventura del Carnaval? 
No sabríamos decirte con exactitud el año en el que empezamos a desfilar, pero calculamos que será entre 8 ó 9 años. Lo único que te podemos decir es que el primer año salimos con el traje de Tucanes, y han pasado ya unos cuantos años de eso. Desde  entonces hemos tenido disfraces de austriacos, brasileños, barcos piratas o de Ratoncito Pérez, entre otros.

¿Cómo se os ocurrió el nombre de la comparsa 
El nombre surge de nuestro centro infantil y del deseo de desfilar de monitores y padres con estos ‘minicarnavaleros’.

¿Qué os motivó para empezar a participar en esta fiesta? 
El Carnaval de Villarrobledo no sería lo mismo sin el desfile Infantil porque este, sin despreciar el gran trabajo que hacen los adultos, supera las expectativas con diferencia. El trabajo que desarrollan las diferentes comisiones de las escuelas infantiles o de los colegios, es espectacular y en él se implica al 100% todo el mundo para que este carnaval infantil sea lo que es. Eso fue, en definitiva, lo que nos motivó a participar en esta fiesta.

¿Por cuántas personas está formado vuestra comparsa?
Aproximadamente solemos ser entre 60 y 70 participantes. Hay años que lo hemos superado con creces y hemos llegado a superar el centenar, y otros años hemos estado por debajo, pero más o menos ese suele ser el número de participantes habitual.

¿Cómo hacéis para poneros de acuerdo entre todos y decidir el disfraz y la actuación a realizar cada año?
Salvo el primer año que se trabajó sin una comisión establecida, el resto de los años ha sido una comisión, que suele estar en torno a los dos y tres años, la que decide los trajes que posteriormente presenta al resto de padres.

Preparar el disfraz y la actuación os supondrá mucho tiempo y esfuerzo, ¿Con cuánta antelación comenzáis con los preparativos? 
Hemos tenido años de todo, pero normalmente cuando las comisiones repiten, ya se deja en la edición anterior una idea plasmada. En la muestra se empieza a trabajar en el mes de octubre tras la reunión que se celebra en el Ayuntamiento. Como muy tarde en noviembre y diciembre ya estamos trabajando, y todo depende de la laboriosidad que tenga ese traje que hemos decidido.

¿De qué disfraz tenéis un recuerdo especial? 
Tenemos varios a los que tenemos un especial recuerdo o aprecio, pero posiblemente el año que íbamos de Corsarios y de Barcos Piratas, llevamos un traje redondo, interactuando con el público. Posiblemente desde fuera no se apreció el trabajo del mismo, pero la verdad es que nosotros quedamos muy satisfechos y contentos con él.
De todas formas el año que tocamos la fibra sensible del público fue con la temática de Los Manchegos. Ese traje  no necesitaba una traducción en la calle, tanto la persona mayor como el joven era capaz de entenderlo, sobre todos los abuelos.
De cualquier forma serán dos trajes que recordaremos con cariño, aunque eso no significa que no recordemos otros como los de Tucanes o Esquimales.

¿Qué y cuantos premios habéis ganado?
Todos los años conseguimos un primer premio como el resto de comparsas, y  somos muy afortunados en ese sentido. El año de Los Corsarios había muchos detalles del barco que en la calle no se pudieron apreciar, pero para nosotros fue muy importante que la gente reconociese que a las escuelas infantiles se les debía puntuar como al resto de comparsas y que la talla de los componentes no era lo más importante.

En el carnaval de Villarrobledo participáis varias comparsas o grupos distintos, ¿Cómo es la relación entre vosotros? 
A las rivalidades no les encontramos mucho sentido sobre todo en el carnaval infantil. Hay que reconocer que cuando los trajes están bien hechos hay que premiarlos, venga de quien venga. El que más te pueda gustar o no es algo muy particular, pero por nuestra parte intentamos tener buena relación con el resto de comparsas y que no haya ningún tipo de rivalidad. Hay que trabajar codo con codo y les hacemos un flaco favor a los chavales si hay rivalidades en este desfile.

¿Cuál es vuestra parte favorita del carnaval? 
Todas tienen algo positivo, porque por ejemplo estar trabajando en talleres con los padres y estos se conozcan entre ellas y del mismo modo conozcan el trabajo en el centro también es muy importante. Bien es  verdad que el desfile es el que culmina varios meses trabajo, pero para nosotros el mejor momento es que ese segundo desfile termine y no tengamos ningún incidente, pero por la responsabilidad que tenemos nosotros, más que nada. En cualquier caso esa explosión de color por las calles o esa forma de interactuar siempre es algo muy destacable.

A parte del carnaval ¿Organizáis alguna otra actividad en grupo?
Nosotros disponemos de un local que son los garajes del propio centro, donde se montan las mesas de trabajo en las que los padres van a preparar estructuras, montajes, desmontajes, ensayos, etcétera. Entonces si todas las tardes están trabajando, siempre hay alguna madre que prepara un café o algún bizcocho que degustan entre ellos. Además, casi siempre solemos organizar una cena tras acabar el segundo desfile el viernes de carnaval. A los peques los dejamos con algún familiar y los acostamos porque están muy cansados, pero los padres continuamos con el carnaval nocturno.

Contadnos alguna anécdota
Todos los años surge alguna anécdota y en cada casa  hay una diferente. Pero por ejemplo, nos recuerdan cuando los padres dieron un diploma a Teresa Díaz por llevar el mejor chaleco del traje, y sinceramente salió a la calle sin él porque la sección de costura no tuvo tiempo para terminarlo y ya en el segundo desfile ella decidió salir sin él.
También recordamos cuando fuimos a cenar a Casa Félix y Félix nos preparó muy contento una bandeja con todo, felicitándonos por el primer premio, desconociendo que todas las comparsas se llevaban un primer premio, pero pese a todo lo celebramos como si fuera el Banderín de Oro.
También como anécdota podríamos señalar un año que se nos rompieron unas ruedas y tener que abrirnos un ciudadano las puertas de su  casa para dejarlas porque íbamos fatal desfilando.
En definitiva, tendríamos mil y una anécdotas que contar.

Finalmente,  Tucán nos dicen que quieren ser positivos y plantearse este año de pandemia como de descanso porque al final el carnaval implica muchas emociones, una montaña rusa de subidas y bajadas. De esta forma ojalá tengamos un carnaval infantil “maravilloso” en el año 2022.