Algunos alumnos extrovertidos, padres y madres animosos y maestros comprometidos de este colegio, iniciaron una singular aventura allá por el año 1987, cuando, contagiados quizá por el ambiente carnavalesco que renacía en las calles de Villarrobledo, quisieron dar forma a una pregunta que se hacían al principio. Se respiraba un ambiente tremendo, la gente vibraba por los carnavales y había que trasladar el disfraz de salón al desfile callejero. Así lo entendieron en este colegio y se asumió la idea con inusitada ilusión. Así se formaron varias comparsas del mismo, exactamente una por cada ciclo educativo.
Después montaron una sola comparsa, y se le ofreció a la misma una mayor vistosidad en su conjunto.
Desde entonces este colegio nos ha hecho vibrar en las calles, nos ha hecho viajar por otras tierras, nos ha metido en sus temas y, en definitiva, nos ha maravillado por sus ideas.
Todo esto y mucho más nos lo cuentan en la siguiente entrevista
¿Hace cuántos años comenzasteis con esta aventura del Carnaval?
Nuestra comparsa empezó en el año 1987, que fue cuando nuestro carnaval infantil empezó a desfilar por las calles. Anteriormente un grupo de profesores de diferentes centros hicieron un carnaval un poco más “raro”, pero finalmente ese año fue cuando se empezó a desfilar. Parece que fue ayer, pero ya han pasado más de 30 años, y afortunadamente se tomó esa decisión porque fíjate lo grande que es ahora.
¿Cómo se os ocurrió el nombre de la comparsa?
Cada año, dependiendo del traje, se le da un nombre diferente, pero partimos de la base de que debe llevar el nombre del colegio. Nosotros consideramos que eso era algo a lo que no se podía renunciar.
¿Qué os motivó para empezar a participar en esta fiesta?
A los padres nos motivó que algunos ya habíamos salido como alumnos en ese año 1987. Estos profesores que algunos venían del Grupo de Teatro La Troya, los que nos hicieron es que tuviéramos ese gusanillo que tenemos hasta día de hoy.
¿Por cuántas personas está formado vuestro grupo?
Es muy curioso esto que os vamos a contar, porque el colegio al principio llegó a desfilar con tres comparsas. Era un colegio muy numeroso, por lo que se hacía una de infantil, otra de primaria y otra de sexto, séptimo y octavo. Un año llegamos a salir con 250 participantes. Al construirse el CEIP ‘Diego Requena’ muchos alumnos se fueron a ese centro, y desde entonces hemos estado en torno al centenar de participantes en una sola comparsa, superándolo en muchas ocasiones.
¿Cómo hacéis para poneros de acuerdo entre todos y decidir el disfraz y la actuación a realizar cada año?
En principio se hace una reunión sobre el mes de noviembre. Se exponen varios trajes e ideas y sale finalmente elegido el más votado. Isabel Juncos aprovechaba la Navidad para hacer la muestra, volvíamos de navidades con la muestra hecha y es cuando empezamos a trabajar.
Preparar el disfraz y la actuación os supondrá mucho tiempo y esfuerzo, ¿Con cuánta antelación comenzáis con los preparativos?
Como te hemos dicho, es un trabajo de mucho tiempo, después de la muestra con los patrones, las telas…en definitiva mucho trabajo que se realiza para que en el mes de febrero todo esté preparado y salgamos a participar en los diferentes desfiles del primer domingo de carnaval y del viernes festivo en el que ya finalmente se dan los premios.
¿De qué disfraz tenéis un recuerdo especial?
Tenemos varios. El año de Las Casitas el traje impactó mucho porque ninguna de ellas iba igual. Muy similar ocurrió con Los Dragones. Los niños iban fuera, les iban dando vueltas y disfrutaron mucho, como también lo hicieron el año en el que íbamos de Caballos. Lo que se pretende es que los trajes estén bien, pero sobre todo que los niños que participan y la gente, disfruten. Cuando ya ves terminado el traje en su conjunto en la puerta del colegio es cuando ves lo bien que ha quedado el trabajo de tanto tiempo.
¿Qué y cuantos premios habéis ganado?
Cuando el carnaval infantil comenzó se daban premios, y nuestro colegio consiguió 4 primeros premios y varios segundos y terceros. Además, cuando ya se instauraron los banderines nuestro centro ha conseguido 10. Es bonito también que el trabajo que realizamos tenga su recompensa, pero para nosotros la mayor recompensa es que los niños, los padres y sobre todo la gente que está en la calle, se lo acabe pasando genial.
En el carnaval de Villarrobledo participáis varias comparsas o grupos distintos, ¿Cómo es la relación entre vosotros?
Sobre todo participan en otras comparsas los adultos. Hay gente que participa en Anthrax, pero otros participan en otras como Los Tarumbas, cuyos miembros en su mayoría habían salido de nuestro colegio. Siempre hay gente que sale en otras comparsas y en otros desfiles.
La relación entre las comparsas es muy buena, y como nos ocurrió un año, por ejemplo Anthrax nos ayudó con el equipo de megafonía que se nos había estropeado.
¿Cuál es vuestra parte favorita del carnaval?
Claro está que lo que más nos gustan son los desfiles, pero también es verdad que nos gustan mucho las reuniones en las que convives con otros padres, con alumnos y profesores elaborando los trajes. Eso te llena y cuando pasa el carnaval parece que te falta algo.
A parte del carnaval ¿Organizáis alguna otra actividad en grupo?
Cuando acaba el carnaval solemos hacer una cena con profesores y padres, mientras que en verano nos íbamos a Aqualandia. También hemos hecho meriendas en el colegio y otra serie de actividades interesantes entre los miembros o incluso con gente que no llegó a participar en la fiesta
Contadnos alguna anécdota
Al ser alumnos no tienes las mismas vivencias de las comparsas de adultos, pero por decir algo suele pasar que cuando ya estás desfilando a algún alumno se le ha roto algo del traje o la música se nos ha parado, yendo por la calle de la Plaza sin música, funcionando después cuando ya llevábamos medio desfile.
Desde el CEIP Jiménez de Córdoba ya nos advierten que ellos van a mantener el espíritu carnavalero durante los días de carnaval pese a que no haya ninguna celebración oficial. El que tiene el “gusanillo” eso siempre lo tiene ahí y saldrán disfrazados de algo, pero siempre respetando las medidas de seguridad.